Los ojos de Damián temblaron mucho.

“James... ¿Mi hijo?”

Todo su cuerpo se puso rígido y sintió como su sangre se detenía. Había tantas cosas que quería preguntar, pero su voz no podía salir. No pudo hacer nada. Esta fue la primera vez en su vida que se sorprendió tanto que no pude hacer nada.

—Desde el principio…— Selena, quién derramó la verdad entre lágrimas, volvió a llorar—Fue tu hijo desde el principio, ¡Avery se fue a pesar de que sabía que era tu hijo!—Derramó todas las emociones que había acumulado a lo largo de los años en Damián —¿ Cómo es posible que no lo sepas? ¿Cómo es posible que no reconozcas a tu propio hijo? ¡Cualquiera puede ver que es tu hijo! Si no es tuyo, ¿de quién es hijo?

Damián todavía estaba allí de pie, rígido y medio desconcertado. Le dijo Selena, secándose las lágrimas que llenaban sus mejillas.

—Avery me pidió que nunca te lo dijera. No quiero ver a Avery huir y vivir así. Ya no puedo ver a James sin saber quién es su padre.

Selena comenzó a llorar