Capítulo 220: Digna señora Ainsworth.
—Este niño es su hijo. Su primogénito.
El salón principal de la mansión Ainsworth quedó atrapado en un silencio rotundo.
La orquesta, con los instrumentos aún en posición, aguardaba inmóvil.
El CEO Donovan Ainsworth fue el primero en reaccionar.
No dio un paso atrás, no elevó la voz, no negó algo de lo que no estaba seguro… pero tampoco lo confirmó.
Enderezó los hombros con una lentitud medida, calculada, peligrosa. Su postura recuperó en un instante esa presencia que tantos temían y respetaban en los salones de juntas y en los tribunales. Sus ojos verdes se clavaron en Elizabeth Milton con una frialdad absoluta, sin una sola grieta visible.
—Esta no es una conversación para este lugar —dijo finalmente, con una voz grave y firme que atravesó el salón como una orden imposible de desobedecer.
No había enojo en su tono. Tampoco sorpresa… solo un control gélido.
Elizabeth sostuvo su mirada. Sus labios se curvaron apenas en una sonrisa mínima, contenida, que no buscaba provoca