Mantenerme calmado era importante.
Después de vestirme, salí a la sala de estar. Y ahí estaba ella, esperándome y mi corazón una vez más latió emocionado. ¿Desde cuándo no latía de esa manera? Quizás desde nunca, incluso con Zaria nunca me sentí así. Nervioso. Emocionado. Expectante. Esta mujer se