CAPÍTULO 4
―¡Eres un animal! ―exclamo Andrea frustrada ― ¡Me golpeaste!
Cameron sonrió y replico divertido.
―Nada más fueron unas nalgadas y además te las merecías.
Ella se cruzó de brazos y giro el rostro para mirar por la ventana. En realidad, estaba avergonzada y si era un poco más sincera, e