CAPÍTULO 31
Todo el rostro de Amara se volvió pálido y no podía decir nada en absoluto.
Bajo la cabeza y su largo cabello se deslizó cubriendo su rostro, haciendo que su expresión fuera poco clara. Apretó sus manos con fuerza, dejando que el ultraje en su interior se convirtiera en rabia, la voz