―Gracias… gracias por todo esto.
―No tienes que agradecer, cariño. Te prometí que te protegería y que también te pedí que confiaras en mí. ―él extendió la mano y toco suavemente las yemas de los dedos de Stella. Ella bajo la mirada y se sorprendió cuando vio el anillo en la mano de Cristian.
Se lo