CAPÍTULO 55
Cuando Stella salió del auto, se quedó anonadada de la belleza del lugar. Cristian también bajo y saco las dos pequeñas maletas.
―¿Te gusta?
―Es… hermoso ―susurro sin quitar la mirada de los frondosos pinos. ―Se siente mucha paz.
―Por eso te traje aquí, no quiero que nada nos interru