CAPÍTULO 16
―¡No! ¡No me atrevo! ―el sudor frío estallo en la frente de Theodore.
Cristian abrazó firmemente a Stella y, a través de su camisa, ella podía oler su fragancia amaderada en su cuerpo. Su mano se posó en el pecho y sintió los latidos de su corazón. En este momento, frente a su familia,