La Señora Nephele miró a Jenson con incredulidad: ‘’¿No estabas hipnotizado por mí?’’.
Jenson Respondió: ‘’Usaste el mismo truco de siempre. Si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos veces, bueno, ya entiendes el punto’’.
La Señora Nephele le sonrió, diciendo: ‘’Realmente eres extraordinariamente sabio. Es una pena que llegara su tiempo’’.
De repente ella volvió a sacar la flauta de madera y empezó a tocar una melodía. Un par de serpientes jóvenes delgadas y negras salieron de su escote y mangas poco después.
Jenson, que era un maniático del orden, simplemente pensó que estas serpientes jóvenes eran asquerosas, por lo que dio un par de saltos hacia atrás.
Bebé Robbie salió del dormitorio mientras inclinaba la cabeza. Murmuró para sí mismo con indiferencia: ‘’Qué extraño, lo puse claramente en el cajón, ¿por qué no está?’’.
Cuando miró hacia arriba, vio un montón de pequeñas serpientes saliendo de la ropa de la Señora Nephele. Bebé Robbie se apresuró a acercarse y