“Hace que te abrace y

Los cuerpos lleguen a estorbar

Tiemblo sólo con la idea de rozar

Tus labios llenos de besos nuevos

No puedo dormir, robas mi tranquilidad”.

Alejandro Sanz, La fuerza del corazón

Valkiria se levantaba del lecho, su cabello estaba fatal, Zeink lo había dejado todo alborotado con sus caricias, siempre fue un salvaje, pero en esos instantes le demostró que estaba deseoso de cariño y placer.

Él seguía dormido y ella se fue a duchar y cuando entró en el baño, había una tina preciosa y se dio cuenta de que sería delicioso poder sumergirse allí y dejarse llevar por la calma. Preparó el baño con unas sales exóticas y comenzó a llenar la bañera con agua caliente, además tenía sistema de sonido integrado, el baño listo para relajarse escuchando buena música y ella colocó una música suave y se sumergió en la tina, cerró sus ojos y pensó en ese día cuando Zeink le dijo que ella le gustaba…

“Usaba lentes, no era la típica chica popular, pero se esforzaba por sacar su tí