Luego de esta terrible escena, me levanto del pasto, beso la lápida, aquella que me recuerda que Sebastián está ahí, al besarla, lo hago con el mismo dolor de siempre, el dolor que llegó desde que él se fue y nunca volvió… Hoy no esperaba pasarla así, pero en la vida nadie te dice cómo va a estar tu día.
Camino hacia mi apartamento y sorprendo al ver a Alexis esperándome en la puerta, definitivamente hoy no me siento con ánimos para ir a comer fuera, pero, aparto aquellos sentimientos y pongo mi mejor cara. Lo noto raro, huele diferente, no lo sé, llámenme loca, pero incluso podría decir que noto un olor a perfume de mujer.
Como si de nada se tratara le digo que fui a conocer a la hija de Héctor, él se molesta y veo un lado de él que no he visto antes, aquello me hace recordar a Diego, aquello me da miedo, es ahí cuando le pido que se marche, creyendo que no lo hará, veo que toma su abrigo y camina hacia la puerta, acto que internamente agradezco infinitamente.
Luego, como si mi boca t