Sofía se quedó muda ante su respuesta y se frotó la frente exasperada.
—No quiero comportarme como una niña. ¿Por qué estoy actuando así siendo una adulta? Aunque los niños no tienen muchas preocupaciones, ¿qué sentido tiene evadir la realidad de esta manera? No puedo volver a ser una niña.
Sofía reflexionó sobre sus acciones y pensamientos. Le parecía inútil intentar cambiar su comportamiento solo para complacer a Julio. Además, cambiar constantemente de forma de actuar sería agotador.
—Lo que quiero decir es que podrías intentar confiar en mí —dijo Julio con un tono de impotencia. No sabía cómo comunicarse efectivamente con Sofía. Era difícil hacer que ella dependiera un poco más de él.
Sofía no respondió directamente a las palabras de Julio. En su mente, pensó:
—En realidad, él no es alguien importante para mí. ¿Por qué debería confiar en él?
En el restaurante, Luciana comía en silencio. Felipe tampoco había pronunciado una palabra desde que entraron al lugar, y el silencio solo i