Ambos quedaron en silencio.
Antonio no esperaba que Sofía admitiera sus sentimientos por Julio. Al cabo de un rato, suspiró.
—Es tu vida. Aunque no me gusta Julio, no interferiré. Apoyar a Diego es sólo mi forma de darte otra opción.
Al oírle decir eso, Sofía pensó que su reacción había sido exagerada.
—Lo siento, Antonio. No estaba...
—No te culpo a ti. Cúlpame a mí por la mala planificación que te hace infeliz.
Sofía decía que era su hermano, pero todos sabían que el tiempo había diluido su relación. Por otro lado, Diego no era más que un amigo para ella. Probablemente no quería que se uniera a su reunión familiar. Por eso trajo a Julio.
No continuaron la conversación.
De repente se escuchó voz de mujer.
Sofía se quedó perpleja, mirando a Antonio con incredulidad.
—¿Por qué... por qué hay una mujer en esta casa?
—Lo sabrás cuando la veas.
Antonio no le explicó mucho, limitándose a mandarla al salón.
Sofía tenía curiosidad por saberlo, así que no se negó y entró en el salón.
Pronto