Camila nunca antes había experimentado ese tipo de insulto y estaba a punto de perder los estribos. Apretó los dientes y dijo:
—Llegas tarde.
—¿No te expliqué que había tráfico? —Gael frunció el ceño, pensando que Camila parecía normal, pero era bastante exigente. La hermosa mujer a su lado ni siquiera había dicho una palabra.
Sofía no hablaba porque no era su cita. Acompañaba a Camila por si se encontraba con un hombre con malas intenciones.
—¿No pudiste salir antes para evitar el tráfico? ¿En qué estabas pensando al llegar tarde a nuestro primer encuentro? —Camila seguía enfadada y no le dejaba oír el final de su tardanza.
La expresión de Gael no era mucho mejor:
—Hoy invito yo. Pide lo que quieras. ¿Servirá esto?
Camila quiso decir más, pero Sofía la contuvo y negó con la cabeza, susurrando:
—Como esta cita fue presentada por tus padres, significa que sus padres deben conocer a los tuyos. No le hagas pasar un mal rato. Si realmente no te gusta, busca una excusa para neg