Al día siguiente, Sofía llevó a la joven que le interesaba para que conociera a Antonio.
En este momento, nada era más importante para Antonio que las citas a ciegas. No quería que su hermano realmente se convirtiera en un clérigo en Roma.
—Hermano, ella es Sonia Soto— Sofía presentó a Antonio de manera activa.
Antonio, al escuchar eso, levantó la vista y miró a las dos mujeres frente a él con mucha resignación.
—Señorita Soto, hola.
—Hola, Antonio. Ya nos hemos conocido— Sonia se quedó atónita cuando recibió la llamada de Sofía. Estaba completamente sorprendida y no podía creer por qué Sofía la estaba llamando.
Después de escuchar toda la historia, estaba aún más desconcertada. Resulta que la estaban llevando a una cita a ciegas con Antonio, parecía una especie de broma.
Pero al final, era Sofía, y decidió confiar en ella.
Hasta este momento, al ver a Antonio con sus propios ojos, confirmó que Sofía no estaba bromeando y realmente quería presentarla a Antonio.
Antonio estaba perplejo