Diego no parecía preocuparse por lo que Yuri había dicho. Había dejado a Yuri en la isla con la esperanza de que vigilara a Sofía, no porque quisiera que fueran amigas. Sin embargo, Diego la miraba con una mirada escéptica, como si dudara de la veracidad de sus palabras.
Yuri percibió su desconfianza y no podía creerlo.
—Diego, ¿acaso piensas que yo la he hecho desaparecer? ¿Que la he ayudado?
En realidad, nadie esperaba que Yuri ayudara a Sofía. Pero lo que nadie sabía era que, al enviar a Sofía lejos, Yuri no estaba ayudando a Sofía, sino a sí misma.
—Envía a alguien de inmediato a buscarla y revuelvan toda la isla—ordenó Diego, aunque en su interior tenía pocas esperanzas de encontrar a Sofía en la isla. Pero no podía darse por vencido sin intentarlo.
Esa noche, en la isla, reinaba el caos. A pesar de los esfuerzos de Mario y su equipo, no encontraron ninguna pista de Sofía. Parecía como si hubiera desaparecido de la isla.
Escuchando el informe de Mario, Diego permaneció en s