Violet quedó paralizada, no esperó nunca volver a escuchar esa voz, la mente se le quedó en blanco por un segundo, los latidos del corazón se le aceleraron por la adrenalina al escuchar hablar a Michael, ¿para qué la llamaba? Lo habían dejado todo claro hace muchos años.
—¿Qué quieres?
—Necesito conversar contigo.
Violet respondió enojada que no tenían nada de que hablar, iba a colgar el teléfono, pero al escuchar lo que Michael respondió, el rostro se le puso blanco y dio un grito ahogado.
—Quiero ver a mi hijo.
Violet solo pudo pensar era mucho el descaro de Michael, con que derecho él pedía algo así, no quiso saber nada cuando estaba embaraz