51. TANTOS PORQUE

CORALINE

—Por favor, escuchen— no puedo creer que hable en plural— prometo que no vamos a pelear— realmente me puedo desmayar— no se vayan.

Suplico sintiendo que las piernas no me responden del todo y terminó de rodillas en el asfalto, no me duele, no me importa, los ojos se me llenan de lágrimas y siento mi corazón como un caballo de carreras, tengo la perfección en mi mirada, lo que creí un sueño ahora es una realidad que me hace ahogarme en lágrimas, el sentimiento de felicidad más inmenso que me invade otra vez y en las que el hombre que esta de pie sigue presente.

Me pongo a la altura de mis hijos, mis dos hijos, los niños que traje al mundo y me quitaron de una forma cruel y despiadada, cuando me arrebataron la mitad del alma, cuando dejaron la mitad de mi pecho vacío.

—¡Dios mío!.

El maquillaje debe ser un desastre y suplico no estar asustando a mis bebés pero no puedo evitar que también duela, los ojos hermosos de mi hijo tienen en mismo color que los mí