22. ME TENGO QUE IR
ME TENGO QUE IR
HELLEN
—¿Cómo estás?.
—Mucho mejor y por favor no quiero hablar de ese mal momento.
Le digo al hombre que conduce mientras intento como siempre evadir todo lo que siento y me refugio en la única persona que no me va a fallar, yo misma, me quedo callada y después de mucho solo puedo escuchar nuestras respiraciones y aunque el camino no es a la casa, no preguntó nada porque solo pienso en el infierno que me está tocando atravesar y ya no se que es peor, yo creí que no tenía importancia nada pero se que no quiero lastimar a esta gente que solo anhela lo que yo nunca he querido y hoy me moría por ver.
—Tranquila, él no se va a ir— escuchó a Bennett que se ríe y me mira hasta que me doy cuenta que estoy agarrando la costumbre de tocar mi barriga todo el tiempo— ambos están bien— quitó la mano de inmediato y el niega con la cabeza— ¿Querías verlo no?.
—No sé de qué hablas.
—Claro que si— detiene el auto en seco— realmente estoy teniendo días muy complicados aún cuando