Capítulo 25

Movimos los sillones creando un gran espacio y nos sentamos uno frente al otro, Ian llenó los caballitos y al terminar me mira con una gran sonrisa. —Oh si, hoy sabré muchas cosas sobre ti nena.

—No creó tener información tan relevante como tú — le regresé la sonrisa.

—Bien ¿quién comienza?

—¿Piedra, papel o tijera? —sugerí.

—Bien— me miró de manera retadora.

—Un, dos, tre

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