***************LOREY****************
—Aquí..., aquí, aquí, ¡aquí! —indico emocionada al taxista.
—Tranquila, Lorey —me habla Leonardo—. El señor conoce el hotel —precisa divertido al sonreírme.
Ante ello, yo me giro a verlo y le sonrío también para luego, darle un beso en sus labios.
—Lo siento, pero emociona saber que ya llegamos a mi hotel y que solo me queda caminar hasta el fondo, tomar el ascensor, abrir la puerta de mi departamento y tirarme a mi cama —expreso contenta, con lo cual logro hacerlo sonreír —. ¡Ah, pero eso sí! Una ducha primero —agrego serena; y Leonardo vuelve a sonreír.
—Bueno, bajemos —me pide—. Te acompañaré hasta tu departamento —señala para después, girarse a ver al taxista—. ¿Usted cree que pueda esperarme por favor?
—Claro que sí, señor —le contesta amigable, el hombre.
—Gracias —le responde Leo y luego, regresa su mirada a mí—. Bueno, vamos, bajemos...
—Ah..., no, no...
—¿Qué pasa? —pregunta extrañado al fruncir su ceño.
—Tú también debes estar cansado —pu