—¿Y qué sucedió?— debe hacer una buena noticia, pienso yo.
—Marco nunca encontró la suya, ni tampoco su hermana. Y... él también descubrió lo fácil y manipulables que éramos cuando teníamos un mate humano a quien proteger…— dice Joana y veo que intenta contener las lágrimas.
—Los estaba extorsio