Tres dos después
Katina estaba sentada junto a sus padres en el jardín de la mansión de Cornelia, ella le contaba sobre el infierno que había vivido esos tres años bajo el control de Ernest, sus padres la escuchaban con el corazón destrozado no podían creer que su adorada hija tuvo que soportar tanto sufrimiento por salvarlo y se sentían culpables.
De repente la conversación fue detenida por un sirviente que se acercó a grandes paso entregando un teléfono a Katina
-señorita Katina es una llamada de la comisaria
Ella tomo el teléfono nerviosa
-hola habla Katina
Del otro lado del teléfono respondió un hombre
-señorita Jhonson una mujer llego aquí con una niña dice que es su hija que quiere entregársela
Katina se levantó de un salto de la silla, su mano temblaban por los nerv