Arianna se negó

Miró hacia otro lado. Esto iba a ser difícil, pero esperaba que ella accediera. Ya era una diseñadora reconocida internacionalmente. Retirarse ahora sería realmente difícil.

"Te escucho, Jace", declaró Arianna.

"Cuando nos casemos, renunciarás a tu trabajo...", Jace se interrumpió. No podía decir nada más, le costaba decirlo.

Los ojos de Arianna se oscurecieron. Lo miró sin palabras. ¿Hablaba en serio con lo que decía? ¿Debería renunciar ahora que estaba en la cima de su carrera?

"¿Qué dijiste, que debería renunciar cuando nos casemos?", exigió Arianna, mirándolo fijamente.

"Sí. Cuando nos casemos, no quiero que trabajes. Tendrás a nuestros bebés. Quiero tres hijos más para completar cuatro con Eli. Durante esos períodos, no trabajarás", amplió Jace.

"Realmente estás bromeando, Jace. ¿Qué clase de idea es esa? Si no te sientes cómodo trabajando en el mismo ambiente con tu esposa, iré a otro lugar y trabajaré.

¿Tiene que ser el holding de los Hudson? Sabes que no acepté