-Despierta dormilona, mi amor-
La voz de Martín era tan calmada que solo de escucharla me hacía querer seguro durmiendo. Abrí los ojos lentamente y lo vi de pie a mi lado. El se acerque y me dio un beso en la mejilla.
-¿no vas a trabajar el día de hoy?-
-¡No! Y Larry no ir a la escuela les tengo una sorpresa-
No sabía que sentir al escuchar eso, supongo que con lo que ocurrió el día de ayer quería compensarlo de alguna forma. Me levanté de la cama y camine con el a la sala.
-¿cómo hiciste para que la directora aceptara la inasistencia de Larry?-
-Cuando el colegio es pago no sólo eres un padre también eres un cliente y nosotros siempre tenemos la última palabra-
Aún tenía mucho que aprender de cómo funcionaba su mundo, el cual era completamente diferente al mío y por mucho.
Al llegar a la sala todo estaba limpio, como si nada hubiera sucedido lo cual me sorprendió, en la mesa el desayuno estaba servido y Larry ya se encontraba comiendo.
-¡Buenos días mami!- dijo Larry sonriéndome desd