Capítulo 40. Una Luna digna
La lucha por el poderío se dio en el centro de la manada.
El círculo de entrenamiento y mitin, el lugar donde la misma diosa Selene en persona otorgó dones especiales a los primogénitos Taylan.
Este lugar sin duda era simbólico, el patio de entrenamiento donde Leonid debió recibir a su lobo, donde jugaba con su padre y fue feliz.
Boris tenía su propia apreciación de las cosas y creía tener la razón al querer ser el legítimo Alfa por derecho, luchaba con la destreza que le da su experiencia y aunque Akron es notablemente más fuerte, su inexperiencia le ha pasado factura sin poderlo vencer de la manera que debería.
Los lobos de Alexey y Kaiser están atentos para entrar en batalla contra los Beta y Delta de Boris, y eso estaba por ocurrir si Akron no se quitaba del cuello los colmillos de Boris.
Con las patas traseras, logró quitárselo de encima y cayó sobre él, pero entonces escuchó el gimoteo y llanto muy cerca.
Para Leonid fue terrible escuchar el llanto infantil,