CAPITULO 50
Darién lo sabía, Imery no era la única que comenzaba a conocer más del otro, sus gestos y formas de actuar.
Él se levantó de inmediato acercándose a Imery y deteniendo su brazo para que ella no ser marchará.
— Espera. — Dijo él con una calmada y pacífica voz a su esposa contratada.
— ¿Sí? — Respondió Imery deteniéndose y viéndolo nuevamente.
— Lo hago. — Dijo Darién con una expresión un poco desanimada, pero bastante sincera.
— ¿Lo haces? ¿Aún amas a Ginelly de la misma manera que cuando la conociste o es que esos sentimientos se han ido apagando con el tiempo, después de su fallecimiento?
Imery preguntaba eso con una expresión bastante fría y sería.
Ella sabía que había una gran posibilidad de que Ginelly se encontrará viva en alguna parte del Reino de Esrud o del mundo y su misión incluía el averiguarlo e incluso traerla a Darién si eso lo haría ser realmente feliz.
Era lo que quería Nelly para su hermano.
Era la misión de Imery.
Ella había preguntado más que