— Azura… — se atrevió Lea a decirle el nombre
— Ya te acompañé un rato, tengo asuntos importantes de la corte que atender – la interrumpió y con la misma se levantó, haciendo que todos volvieran a estar en tensión.
Lea vio su espalda al irse y su dragona interior rugía por matar.
Había que ser e