— ¿Eres un hombre lobo, cierto? – en vez de responderle, Ophelia le hizo esa pregunta.
— Y si no lo soy y ahora digo que en realidad soy un ser humano y pienso que estás completamente loca – le respondió divertido, mirando por el rabillo del ojo, como le hizo muecas y le puso los ojos en blanco.
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