- Va…yan...se…a…la…mier…da – Elizabeth logró articular a duras penas.
Sabía que solo un milagro la salvaría.
- Ah, pero todavía tienes fuerza para hablar, creo que eso podemos solucionarlo enseguida.
Nagy sacó todo lo de loca psicópata que también tenía y con una daga, le sacó la lengua a la fuer