Al otro día, cuando Nagy se despertó, pensó que tuvo un sueño hermoso, lleno de calidez y luz, pero no lograba recordar.
Al no sentir a Charlie acurrucado junto a ella como siempre, se levantó asustada, pensando que se había vuelto a escapar.
Aún no sabía qué tipo de animal mágico estaba creciendo