— ¡Oh Dios mío! ¡¿Cómo se le ocurre?! — Gritó Savannah a su jefe. — ¡Mire lo que ha hecho! Mi vestido blanco a quedado completamente arruinado… Espero que quitarle esa mancha no me cueste mucho dinero, oh mi pobre vestido~ — Decía ella con un aspecto lloroso.
El CEO Phillips se le quedó viendo fijamente.
— Usted comenzó a ofenderme. — Recalcó él altivo dejando la botella sobre la mesa. — ¿Cómo puede hablar de mí y ponerme la misma "etiqueta" que a su novio infiel?
"¡Ja! ¡Tremendo ego el que se carga! ¿Él realmente se cree un angelito?"
Pensó ella sonriendo.
— Como sea señor Phillips~ — Dijo Savannah comenzando a quitarse el vestido. — Tendremos que dejar la cena para después, tómelo como una "disculpa" si quiere.
Una vez el vestido cayó al suelo, ella quedó en ropa interior y Alexander recorrió con su mirada el cuerpo de la hermosa rubia.
Una sonrisa juguetona se mostró en