Edmond me miró, frunció el ceño y ordenó: "Trae otro juego de cubiertos".
"Quiero usar el de ahora. Quiero que lo cojas tú mismo. Si no, no me comeré el filete". Sabía que mi petición no era razonable, pero sólo quería hacer infeliz a Edmond.
"De acuerdo", respondió Edmond con calma, lo que me sorpr