Era las tres de la tarde y ya habían invitados en el salón para la celebración de la boda magnífica de las Familias Whithe y Lombardi familias como mejor estatus social en todo el país.

Fabián llegó con sus escoltas, se bajó de su limosina negra, con aura de ser un hombre dominante a quién temer.

Luego llegó Rouss en una limosina blanca con un vestido blanco como las nubes con un escote tallado a su gran figura era la princesa de su propio cuento de hadas.

Al entrar a la iglesia empezó a sonar las campanas anunciando la llegada de la novia todos se levantaron a darle la bienvenida.

Fabián quedó plasmado en su lugar al ver su futura esposa.

Rouss camino del brazo de su padre hasta el altar todos aplaudían como esmero.

Al llegar al altar él Sr White entrego a Rouss a Fabián y le dijo me la cuidas muy bien chico.

A Fabián le corrió un frío en espalda, al escuchar las palabras de su futuro suegro.

Al rato de una hora termino la ceremonia todos se fueron al salón donde se iba a repartir un banquete para los invitados y los novios, en la mesa de los novios el ambiente era tenso, en eso llegó el camarero y dejo una hielera con una botella de champagne y dos copas, se aproximaba el brindis de los novios.

Para su dicha el que comenzó el brindis fue el Sr Lombardi, Hoy se casó mi hijo sé que el futuro de nuestra familia está en buenas manos por qué confío plenamente en él, sé que mi nuera es esencial para su vida y añadirá el toque que hace cada mujer en la vida del hombre.

Prosiguió Él Se White inclinándose a su preciosa hija, hoy se casó mi niña, la luz de mis ojos, como dijo mi consuegro nuestras familias está en buenas manos.

Rouss se sonrojó y en ese momento Fabián volteo a mirar y se deslumbró por lo que vió, a su bella y flamante esposa.