Blake
— ¿Ya terminaste? —preguntó George cuando se puso frente a mi escritorio, levanté la mirada y noté su rostro cargado de ira, la vena de su cuello resaltó.
—Acabo de terminar, ¿Pasó algo? —lanza una mirada hacia el elevador.
—Vamos. —arrugué mi ceño y no me moví, sentí como el escalofrío me recorrió de pies a cabeza al escucharlo, el tono era de exigencia cargada de frialdad.
— ¿A dónde? —su rostro enrojeció.
—Vamos. —repitió esa palabra, me levanté, miré la superficie del escritorio para no olvidar nada, alcancé mi bolso y luego mi gabardina color café oscuro.
— ¿Puedes decir que pasó? ¿Por qué luces molesto?