Mi pequeña cachorra llega en mi defensa, votando al hijo de puta que me tiene de saco y le arranca la cabeza, y luego vuelve de manera amenazadora donde estamos y le mal parido que me tenía sujeta me deja caer y se lanza en ataque hacia mi pequeña cachorra. De repente, aparecen dos neófitos más, y se lanzan hacia Samantha. Mi hermosa loba roja, se enfrenta a ellos con ferocidad, derribando a uno al instante. Comienzo a sentir golpes nuevamente. - ¡Basta, libérame, maldito! - le grito al demonio que bloquea cada centímetro de mi cuerpo, pero no pasa nada. Solo sigo recibiendo golpes, mi cuerpo cada vez más débil, mi mente cada vez más desesperada y con Claras señales de que no soportare mucho más tiempo.
- ¿Ves? Sin mí no eres nada, - se burla el demonio en mi cabeza, su voz llena de desprecio. - No puedes hacer nada sin mi ayuda -.
De repente, veo a Samantha atrapada por los dos neófitos. Están forcejeando con ella, y su situación se vuelve crítica. El demonio, que hasta ahora ha disf