Capítulo 225
Mientras iban en el taxi, Camila y Hada conversaban.
—¿Qué sentido tiene todo esto? Además, ni siquiera me enviaron una invitación —dijo Camila exasperada.
—Vamos. No hay ninguna razón para que nos nieguen la entrada. Ellos anunciaron que la boda era pública, y si no, Edwin tendrá una manera de dejarnos entrar. Probablemente ya esté allí.
Camila frunció los labios y guardó silencio.
—¿Estás molesta, Nana? —Hada se acercó a Camila y la tomó del brazo—. ¿Aún tienes sentimientos por el señor Langley?
—¡De ninguna manera! —respondió Camila.
—Tu expresión me dice lo contrario. Sin embargo, el señor Langley te ha mentido una y otra vez. Yo no lo habría perdonado si estuviera en tu lugar.
Camila se rió.
—Si es así, ¿por qué insistes en que asista a su boda?
—Ese es otro tema —dijo Hada—. Me preocupa que los periodistas inventen historias sobre que te sientes inferior a Verónica si no estás presente.
—Qué tonterías, ¿acaso soy alguna celebridad? —murmuró