No sé en realidad qué tiempo pasó pero el sol ya escalaba entre la pequeña ventana del baño y alumbraba muy fuerte, aunque aún tenía el miedo intacto me levante y con una de las toallas cubrir mi cuerpo con cuidado abrí la puerta del baño, miré a la cama dónde estaba él aún tendido pensé que aquella era mi oportunidad para ir por algo de ropa, y suspire, cómo quien cree que si no respira se hace invisible aquello sirvió y me dio algo de fuerza por lo menos para dar el primer paso. Sin embargo hay veces que no llegamos tan lejos y esa fue una de esas veces, ya que una voz fría y demandante hizo que me detuviera.
–Ven acá.
Al escucharla mí corazón se detuvo y negué mientras apretaba mis ojos tratando de impedir que las lágrimas salieran, pero aquel sujeto agregó