Ambos chicos siguieron caminando, Belén le daba muchos ánimos a Harrison y eso hacía que aquel joven estuviera muy feliz.
— Les daremos una sorpresa a mis padres, ellos no saben que saliste libre — dijo con tanta emoción Belén.
Después de un tiempo ambos lograron llegar a casa.
La puerta se escuchó abrir.
— Perdón cariño por no haber ido a verte, estaba ocupada con mis escritos — dijo aquella señora mientras se secaba las lágrimas para luego salir de la cocina.
La madre de Belén se tapó la boca, estaba realmente asombrada que lloro de nuevo.
— Ha Harrison ¿Cariño?, Pudiste salir — dijo mientras lágrima tras lágrima salía.
Este era un momento muy conmovedor.
— Si mami