Por Benicio
De pronto ya no había más empleados, solo estaban mi padre y mi tío, nos obligaron a separarnos.
Nos llevaron a la sala de reuniones, casi a empujones.
-Nadie se va a casar con nadie.
Dice mi tío.
-Sí, yo.
Dijimos los dos a la vez.
-¿Están locos? ¿Saben el espectáculo que dieron?
Dijo mi padre.
-Me cagó a mi novia.
Me acusa Omar.
-No es tu novia, te dejó hace más de un año.
-Pero estaba conmigo el sábado.
-Con vos y con Isa, tu novia.
-Estaba con las dos.
-Vos le preguntaste a ella si quería que me una, te dijo que sí.
-Le diste toda la noche, te fuiste con ella.
-Y le seguí dando.
Saltó sobre mí y otro round.
-¡Basta!
Grita mi padre.
-Se están peleando por una cualquiera que se acuesta con los dos.
-No es una cualquiera.
La defiendo yo.
-Es la mejor del mundo.
Dice Omar.
-Están locos los dos.
Nos dice mi tío.
-No, es lo más dulce del mundo, hasta la convencí de cambiar de carrera y estudiar para contadora.
-Eso no lo sabías, te lo dije yo.
-Pero lo había hablado con ella.