Ahora, le podría ser útil.

Elena se propuso pensar detenidamente cómo usar esa botella de poción para hacer que tanto Simona como Ximena sufran los tormentos de la enfermedad.

Justo cuando Elena volvió a guardar el objeto, escuchó pasos familiares en el pasillo.

Pronto, se oyó el sonido de una puerta abriéndose desde afuera.

La puerta se abrió y Samuel apareció en la entrada de la habitación de invitados.

Al ver a Elena allí, frunció ligeramente el ceño. —¿Qué estás haciendo en la habitación de invitados?

El corazón de Elena dio un vuelco involuntario. Normalmente, era Samuel quien ocupaba esa habitación, así que se sintió nerviosa ante su pregunta.

Echó un vistazo al armario, y sin pensarlo demasiado, respondió:

—Solo quería ayudarte a organizar el armario.

Samuel miró hacia la puerta del armario abierta y dijo con calma:

—Podrías haber contratado a una ama de llaves para hacerlo.

Elena asintió. —Está bien, lo entiendo. Mañana enviaré a alguien a contratar a una ama de llaves. Oh, S