Podía jurar que la pose que adquirió no era genuina y que la sonrisa que trataba de emitir era forzaba. Que estaba más tenso de lo que jamás lo noté. Llegó hasta mí y se agachó para darme un beso casto en la frente, sin decir nada más.
—Estuve preocupada, Lucas. No respondías a mis llamadas, ¿está todo bien? —Acaricié su rostro y él cerraba los ojos como si hace tiempo no hubiera sentido mi tacto.
—Todo bien, princesa. Lamento haberte preocupado —respondió más relajado y tomó asiento a mi lado—. ¿Cómo estuvo tu día?
—Bien, preocupada. En general, bastante bien. Ya los malestares prácticamente desaparecieron y el bebé creo que se ha movido, no sabría decirlo, tal vez fue mi imaginación, pero me hubiera gustado que estuvieras aquí —dije un tanto trist