A Ivonne no le gustó para nada el hecho de que Grassman hubiera escrito un testamento apenas dos días después de llegar de Italia. Se acomodó en su asiento y procuró que no se le notara nada en la cara, sin embargo, una tenue palidez se podía notar debajo de la capa de maquillaje que llevaba.
El notario se dispuso a continuar la lectura después de una breve pausa.
La lectura continuó con las disposiciones sobre algunos bienes menores que Grassmana dejaba a instituciones de caridad, como varias casas que estaban a su nombre en diferentes estados del país y que eran utilizadas por instituciones benéficas. Se disponía que las propiedades pasaran a manos de las instituciones que laboraban allí y que antes pagaban alquileres.
También dejaba una buena cantidad de dinero a todo el personal que trabajaba en la casa de los Hamptons, incluyendo al jardinero, La mayoría de los empleados se mostraron emocionados e incluso algunos derramaron lágrimas al escuchar lo que les dejaban.
Ivonne ya se es