7. Oculta bajo una coraza.
Me di la vuelta, con la intención de volver a marcharme, esta vez hacia la casa, pues no podía seguir allí por más tiempo, pero antes de que hubiese dado un solo paso él me detuvo, aquella persona que tanto hería mi corazón. No podía sentir aquello – me recriminé a mí misma – ya había pasado demasiado tiempo para aún estar encandilada por él.