Cuando él salió de la casa de los Newton, Eugene se encontró con Sharon y Simon, quienes habían ido a visitar al Viejo Amo.

Simon estaba cargando a su hija. Bonnie se había convertido en una niña de papá.

Sharon vio salir de la casa a su hermano con una expresión abatida en su rostro. Ella supuso que debía de haber ocurrido algo entre él y el Viejo Amo.

“¿El Viejo Amo sigue sin querer verte?”, le preguntó ella.

Eugene estaba ligeramente abatido. Le preocupaba sobre todo la salud del Viejo Amo. Después de todo, el Viejo Amo se había desmayado dos veces porque estaba demasiado enfadado por sus acciones.

Él metió una de las manos en el bolsillo. De repente, le entraron ganas de fumar un cigarrillo. Sin embargo, se dio cuenta de que no llevaba un encendedor.

“Ya conoces el temperamento del Viejo Amo. Él aún no se ha calmado. Deberías venir a verlo después de un tiempo”, le aconsejó Sharon a su hermano.

Eugene extendió su brazo y pellizcó la cara regordeta de Bonnie. “¿Quieres