Mario

Caminar con cuidado de no despertar a Lorena hasta la casa de la manada fue todo un desafío. En el camino solo nos topamos con algunos lobos que conocía y que me ignoraron, no podía pedir menos. Nos quedaríamos en una gran habitación, deje con cuidado a Lorena y me fui a duchar, a pedido de la bruja y el sanador que estarían velando por mi compañera.

-creo que su cuerpo esta recargando, pero cuando despierte trata de que coma algo. De paso come algo tú también te vez fatal-decía el sanador, que anteriormente había estado en mi manada hasta que el alfa Dante lo desterró-es bueno verte Mario-dijo y salió de la habitación, dejándonos con una bruja que estaba sentándose en el sillón, con lo que parecían hojas secas en una gran caja.

-descansa lobo, me quedo-dijo escuetamente y no di mayor importancia, me acosté y de inmediato Lorena se pego a mi cuerpo-¿tus padres aún viven lobo? Miénteme y lo sabré.

-no, mi familia murió hace tiempo, estoy solo-respondí.

-¿qué rango tenia tu padre?