Capítulo tres: El castigo

•Rosse Stone.

Los nervios que me causaba sentir cerca a Saíd, no parecían ser normales, pero aún así estoy molesta por entrar en mi habitación sin mi permiso, y la vergüenza que tengo de que el me haya visto mis pequeños pechos hace que no quiera mirarlo a los ojos.

Nota mental: No mirar a los ojos a Saíd.

Sí, eso será efectivo hasta que se le olvide haberme visto. Se que ya Andrew me vio y aún más con la persona que fue mi primera vez pero no me gusta que me vean, y más alguien que apenas y conozco.

Salgo de mi habitación para ir hasta la cocina, ya que un delicioso aroma se había colado en ella, inhalo ese delicioso olor y reviso la cocina en busca de alguna comida, abro el horno microondas y en el había un pequeño recipiente con pollo y papas fritas. Miro que no venga nadie y comienzo a comer.

—¡Ajá!—dice mi abuela haciendo cosquillas a mi costado—Veo que el aroma a pollo frito llegó tarde a tu habitación.

Me echo a reír y me siento en la isla comedor que hay en la cocina, y disfruto de mi rica cena—Nona—le pregunto con la boca llena de comida.

Mi abuela me da una mala mirada y trago mi comida, ella me trae un vaso con agua para poder hablar bien.

—Nona, ¿Como es que le tienes tanta confianza a Saíd?

Ella se sienta y sonríe por lo bajo—Sabía que me preguntarías eso.

Me quita una papa frita y la miro mal—¡Nona!

Ella se ríe—¿Te acuerdas de algunas cosas cuando vivíamos en la ciudad rural de San Louis?

—E-eh... Sí,unas que otras cosas que recuerdo.

—Él vivía en nuestro vecindario, sus padres y su hermana son médicos, Saíd hay sido un chico muy ejemplar al igual que su hermana y sus padres, y la verdad harían una muy linda pareja, Saíd es un chico muy apuesto—me guiña el ojo.

Me sonrojo un poco riendo por lo bajo—Pues... Sí, no lo niego, él es muy apuesto.

—Lo es linda, pero no te obligaré a que estés con alguien que no quieres, es tu vida y tu corazón elige quien estará en ella—se levanta y me da un beso en la mejilla—Hoy es noche de pelis, mi amor.

Nona es totalmente diferente, y me hace sentir libre, con ella puedo ser quien soy, y no estar fingiendo ser la chica perfecta, la hija del ex gran Abogado Ethan Smith.

—Nona, espero y esta vez no te duermas—digo entre risas.

—Solo sino lo hace tú, querida—me guiña el ojo y se va.

Termino de comer y me levanto para lavar mi plato, e irme a mi habitación para terminar otras tareas y ponerme al día. Después de un rato ya había terminado todo, por suerte escribo rápido, miro la hora en mi teléfono y son las 8:44p.m, ya mi Nona tiene todo listo para la noche de pelis, así que siento en el sofá, justo al frente de la televisión.

La película ya comenzó, buscamos una comedia romántica porque es nuestro genero favorito, mi teléfono vibra.

Nuevo mensaje de numero desconocido.

Frunzo el ceño, y desbloqueo mi teléfono, entro a la app de W******p y en la bandeja de mensaje pude leer el mensaje:

Buenas noches, Reina Unicornio💕

Miro a mi abuela que esta concentrada en la pelicula, y vuelvo a leer el mensaje, las mariposas escondidas en mi estómago revolotean, asi que salgo de W******p y suelto el telefono en la mesita donde estaban los bocadillos.

—¿Pasó algo?

—No, nada...

Varías hora después y la maratón de cincuenta sombras. Quizás se asombran, pero luego de que mi abuela vio a mi Christian Grey desnudo, no le quedó de otra de pedirme ver la trilogía.

Entro a mi habitación para irme a dormir y miro por ultima vez el mensaje por la barra dd notificaciones.

«¿Le respondo?» Pienso.

Dejo el teléfono en la mesita de noche y me acurruco para dormir, ya que mañana será otro día, y tengo que pensar como evitar a Saíd, pero será muy difícil.

***

—Rosse...

Gruño—Haaa, ¿Quee? Quiero dormir un rato más, apenas son las 6:00 a.m .—gruño, me quitan la sabana y me acurruco por el frio.

—¡Rosse! ¡Ya es tarde, son las 7:30 a.m!

¡Santo Dios! Me había quedado dormida, corro a mi baño para lavar mis dientes y tomar una rápida ducha, al salir me visto lo mas rápido posible, pero no me da tiempo, tomo la ropa que me falta y me voy vistiendo en el auto. Mi abuela solo se toma unos pocos minutos para llegar a la institución, bajo del auto abotonando mi bleiser y poniendo mi zapato izquierdo, acomodo mi cabello con mis manos, miro a todos lados para revisar que Saíd no esté, y no lo esta asi que entro a la institución hasta llegar a mi aula de clases en un paso  acelerado.

Llegué justo a tiempo para mi clase, busco un asiento detrás y en uno de ellos estaba Rachelle, ella me dedica una sonrisa cálida y me detalla que mi cabello esta desordenado.

—¿Te quedaste dormida, verdad?

Sonrió mientras saco mis gafas para limpiarlas y ponérmelas—Sí...—admito apenada—Anoche me desvelé viendo la saga de cincuenta sombras.

Ella me da una mirada pícara—Ahg, como quisiera ser Anastasia, y que mí Christian Grey fuera Saíd.

Me echo a reir—Estas loca.

—Loca porque Saíd me de una...

El profesor interrumpe a Rachelle para dar la clase de ciencias políticas, y como siempre Saíd llegando tarde, abro mi libro y trató de ocultarme con un libro, pero fallo, sus ojos me buscaron los mios hasta encontrarme. Mis mejillas arden, pero el no lo nota, ya que el libro tapa mi cara,pero sus ojos no dejan de mirar los mios, son tan preciosos.

—Señorita Stone, un gusto conocerla, me magino que ya se puso al día con las tareas que he enviado—dice el profesor y todos voltean a verme.

—E-eh... No, profesor.

Saíd mira al Profesor—Yo puedo ayudarla.

—¡No!—digo, No quiero que él me vuelva a ver casi desnuda, pero el profesor me mira y arquea sus cejas—No, no quiero molestar a Nadie.

Rachelle levanta su mano—Yo la ayudaré a ponerse al día con las tareas, profesor.

—Gracias, señorita Erickson.

Miro a Rachell y le agradezco con una sonrisa, la clase continua y  de repente la puerta se abre y un chico muy familiar entra Él se acerca cada vez más, me mira y sonríe.

Me levanto de mi asiento y voy hacia él para abrazarlo—¡Pablo!—grito con emocion.

Él me abraza muy fuerte—¡Rosse!...¿Pe- pero como es que estás aquí?—tartamuedea al preguntarme. Se separa para mirarme y volverme abrazar.

—Por... Mu-u-chas cosas—digo con la voz entrecortada por el fuerte abrazo de Pablo—Y ya me estás abrazando muy fuerte.

Él me suelta—Lo siento.

Respiro profundo para recuperar aire—Almenos ya es otra cara familiar aquí.

—¿Y cual es la otra?—mira a un costado de mí y grita—¡Saíd!

Rachelle llega—¡Hola!—saluda a Pablo, pero la jalo del brazo para irnos a sentar, ella me da una mirada confundida —¿Por qué no nos quedamos? Saíd venía.

«Por esa misma razón» pienso.

—Porque... Porque...—no sé que decirle, así que invento algo—Porque... Tenemos que ponernos de acuerdo para salir, quiero conocer la isla. Sí eso.

—¿Y por qué no lo dijiste?—pregunta sacando un chocolate de su bolsillo.

—Porque acabo de recordar que después de clases tenemos que hacer tarea, ¿Lo recuerdas? Me darás los apuntes de ciencias políticas.

—Claro, después de clases nos iremos a mi casa, y allá hacemos todo ¿Te parece?—dice con su boca llena de chocolate.

—Sí, pero tengo que avisarle a mi abuela, ya sabes...

—Bien, entonces vamos a ir con Pablo—me jala del brazo para devolvernos.

El profesor de idioma comienza a escribir en el pizarron al punto de llenarlo, esta clase es mezclada, lo que significa que Saíd está conmigo,  pero él no esta, y eso me mantiene tranquila, no puedo verlo, tengo mucha vergüenza. Pablo se sienta con Saíd, ellos reían de algo y quien sabe que será.

«¿Y sí Saíd le contó a Pablo que vio mis pequeños pechos?»

Pongo los ojos como platos—¡Mardita sea!—pensé en voz alta.

El profesor deja de escribir y me mira al igual que todos en el aula—Señorita Stone ¿Que clase de vocabulario es ese?—dice en un tono de voz muy serio y neutral—Esta es una institución muy prestigiosa, para que usted venga con un vocabulario tan horrible como ese.

—Profesor, yo...

El profesor me interrumpe y me manda hacer silencio, y lo hago—En este mismo instante se va a Direccion, no se como en esta institución aceptan gente tan... —Ordena. Me mira con desprecio y bajo la mirada—De su clase.

Me siento humillada, se que no pertenezco a este lugar, pero tampoco para que alguien de esta institución me lo haga saber, y delante de todos. Un nudo en mi garganta se forma, y las lagrimas salen de mí.

—¿Que espera para tomar sus cosas e irse a la dirección?¿Que le tome una foto?—pregunta con un tono muy odioso en su voz.

No me atrevo a levantar la mirada, tomo mis cosas rápidamente, siento la mirada de todos en mí, los murmullos.

Rachelle me mira—Tranquila, no te sientas así—susurra.

—Rapido—ordena el profesor.

Llevo todas mis cosas en mis manos, paso a un lado de Saíd y de Pablo, el profesor sale tomando mi antebrazo muy fuerte y me lleva hasta la oficina de la dirección, él hace que me siente en una de las sillas enfrente del escritorio de el director y se va.

Pasan veinte minutos desde que la profesora se fue y me dejó aqui en la oficina, mis lagrimas siguen corriendo por la rabia de no haber hablado, y de sentirme tan humillada. Siento la puerta abrirse y me seco las lagrimas.

—Señorita Stone—dice el Director.

—¿Sí?

—¿Puede levantar su mirada?—pregunta suavemente. 

Levanto mi mirada y el sonríe—Director, yo... De verdad lo siento, yo no...

El director levanta su mano para Interrumpe—Usted cometió una falta muy grave, ese tipo de vocabulario no es aceptable en esta institución. Aquí no hacemos excepción con nadie.

Me enderezo en mi asiento—¿Pero él sí pudo humillarle delante de todos? Se que no pertenezco aquí.

—Señorita Stone, el señor Harryson ha estado con nosotros, y nunca hemos tenido ninguna queja de él.

—Pero Director Morgan... Él me humilló—refuto.

—Señorita Stone, dije que no hacemos excepción, y que no aceptamos un vocabulario como ese, así que usted está castigada, y tendrá que cumplir tres horas después de clases, y su representante estará al tanto de esto—me señala la puerta—Puede retirarse.

Lo miro mal y guardo mis cosas en mi mochila, salgo de la oficina y miro a Saíd que esta sentado en una de las sillas que estan de frente de la oficina, él se levanta y me mira, pero no digo nada, solo lo esquivo y sigo mi camino, miro hacia atrás y él ya estaba entrando a la oficina del director.

Busco la sala de castigo, y al final del pasillo de la oficina de la oficina de el director, miro el nombre del aula y entro en ella, me siento en una de las sillas, tiro mi mochila en el piso y me cruzo de brazos. El profesor que esta en la me da la bienvenida y vuelve a lo suyo, y lo suyo me refiero a dormirse. Veinte minutos más tarde, la puerta se siente abrirse detrás de mí, unos pasos se escuchan y yo solo tengo mi mirada fija en como la gota de baba corre por la mejilla de profesor. Miro por el rabillo a la persona que esta a mi lado.

Saíd, otra vez. Por su culpa estoy aquí, cuando mi abuela se entere de que estoy castigada, me degollará, ella es un amor, pero tiene su caracter muy fuerte, solo quiero moler a golpes a Saíd, pero no quiero meterme en más problemas. Lo que no entiendo es; ¿Por qué él esta aquí?

El silencio reina en la sala y vuelvo a mirar por el rabillo de mi ojo, y Saíd escribe algo en un papel, nota que lo estoy mirando y rápido hago que no estoy mirando, él toca mi hombro con su dedo indice y me entrega un papel, lo tomo y lo abro.

"Te dije que siempre te estaría observando ;) "

Las mariposas en mis estomago quieren alborotarse, pero no, ellas no pueden alborotarse. Arrugo el papel y lo lanzo al piso, pero Saíd me entrega otro papel.

"No ocultes lo sonrojada que estás"

Siento que mis mejillas están ardiendo, y sigo arrugando el papel y Saíd vuelve denuevo con otro papel.

"Di guayaba"

Volteo los ojos y él me entrega otro papel:

"Dilo"

—Guayaba.

Se tarda unos segundos y me entrega otro papel:

"Tu mamá hace jugo"

Eso no pega nada, me río un poco por lo bajo, porque es tan malo para chistes, que dan risa, así que contengo las ganas de reírme como él quiere que lo haga, me entrega otro papel.

"Ríete, te ves hermosa"

Me sonrojo por completo y otro papel llega:

"Solo yo puedo hacer que te sonrojes y te mojes en un abrir y cerrar de ojos".

—¡Idiota!—arrugo el papel y se lo lanzo, pero el profesor abre los ojos al instante que le lanzo el papel a Saíd y mira todo los papeles en el piso.

—¡Stone!—dice alzando la voz.

Me enderezo rapidamente y lo miro—N-no... No es lo que parece.

—Rowland, largo de aquí, tu castigo terminó. Stone, tu castigo sigue y quiero la sala de clases limpia—dice en un tono de voz casi gritando. Al parecer debe ser el entrenador, porque hay mucha preferencia aquí y aún mas por su tono de voz y su ropa deportiva.

Fulminó con la mirada a Saíd quien me guiña el ojo y se va.

«¡Me las pagarás!» pienso.

Después de varias horas de limpiar la sala de castigo, ya me puedo retirar, estoy cansada, mi espalda duele y quitar los chiquis bajo las sillas es asqueroso y muy cansado. Cuando salgo veo a mi abuela estacionada frente a la institución, ella esta fuera del auto con una mirada muy seria, al verme ella sube al auto y luego yo.

—¡Nona! Nona linda, nona de mí kokoro.

—No sé que rayos sea kokoro, pero estoy muy molesta contigo, Rosse.

—Lo siento, nona. Pero todo fue culpa de Saíd.

Ella me mira mal—No le heches la culpa a Saíd de lo que hiciste, él es un buen chico. ¿Como es que dijiste Mar...—mi abuela no termina la palabra—Yo no te enseñé eso—me mira seriamenre—Rosse, ni se te ocurra perder tu beca por comportamientos como estos, tu futuro está allí.

—Lo sé, nona, lo siento—digo haciendo un puchero.

—Para la proxima no habrán más galletas oreos como postre.

—¡Noo!—suplico—Todo menos eso.

—Está bien—Ella enciende el auto y emprendemos nuestro camino.

Ya eran casi las 4:00 p.m, mi salida de la institución es a las 12:30 p.m, pero con esto del castigo ahora todo se complicará. Después de que tomo un baño me pongo unos vaqueros y mi sudadera de "Escandalosos"

Ahhjj... Amo esa serie.

Dejo mi cabello suelto y limpio mis gafas para usarlas, bajo a comer, pero mientras como, el timbre suena. Volteo los ojos y me levanto de mala gana para abrir la puerta.

—¿Rachelle?—digo con asombro—¿Cómo es que supiste que vivo aquí?

Ella se ríe—Toda buena acosadora, ya sabes—me guiña el ojo.

—¿Eres familia de Saíd o algo así?

—¿Ah?—dice confundida.

Me río nerviosa—N-no... N-no nada, pasa.

Ella pasa y mira toda mi casa—Que linda casa tienes, me encanta su estilo bohemio moderno.

—Gracias, creo que la remodelarán.

—Es preciosa. Pero bueno, vine a lo que vine, te traje los apuntes que te faltan, y a buscarte para ir al club que aperturaron.

—Rachelle, no me gustan las fiestas.

—Oh, vamos... ¿Sí?—suplica— Los chicos chicos van tocar, y quiero ir—me hace un puchero.

—Tengo que pedir permiso, no creo que me dejen ir luego del castigo.

—Pero pide, a lo mejor y sí te dejen.

Volteo los ojos—Ahg, está bien.

Mi abuela llega en donde estamos y le presento a Rachell.

—Nona, Rachelle quiere que vaya con ella a un club donde algunos chicos de la institución tocaran. ¿Puedo ir?

Nona se queda en silencio.

«Que diga que no, que diga que no» repito una y otra vez en mi mente. No m gustan ir a fiestas, me gusta estar en mi casa, ver pelis, leer un poco, pero ir a fiestas no es lo mio, y menos sino hay comida. Sin comida no hay fiesta.

—Está bien, pero no llegues tarde. Ahora ve y ponte linda—me da un beso en la frente y se va a la cocina.

Rachelle da saltitos de emoción—Vamos ve a cambiarte, aquí te espero.

Entro a mi habitación y busco un vestido azul rey, es corto, su falda era acampanada y sus mangas son caídas, con algunos detalles de brillos muy sencillos, el mismo vestido que usé cuando Andrew me pidió ser su novia. Siempre me gustó estar vestido, tenía que lucir algo un poco elegante y casual al mismo tiempo, ya que Rachelle me dio a entender que no era cualquier cosa, ya que lucia un lindo vestido corto color negro, el vestido era ajustado y hacia resaltar su figura. Sigo con mi cabello, hago unas pequeñas ondas y me hago un maquillaje muy sencillo, doy un toque de iluminador en mis ojos, doy color a mis mejillas y en mis labios.

Salgo de mi habitación y Rachelle da otros saltitos—¡Que guapa! ¿Estás lista para disfrutar?

Me echo a reír—Por supuesto qué sí—hacemos un choque de puños y salimos de la casa para subir en el auto e ir al club.

Mientras Rachelle conduce, el reproductor de su auto esta encendido, ambas cantamos a todo pulmón We Are The Champions, estoy en mi teléfono viendo algunos memes, levanto mi mirada y reconozco al instante este camino.

«Vamos a otro club, no es el que piensas, Rosse» dice mi vocesita mental.

Sigo en mi teléfono para evitar todo pensamiento pero siento que el auto cruza y se detiene, la música del club se puede escuchar, Rachelle se quita el cinturón de seguridad y se baja del auto, no sé, pero me siento totalmente congelada, no quiero levantar mi mirada.

Rachalle hace que de un salto en mi asiento al asomarse de pronto por mi ventana.

—¿No piensas bajar?

—Sí, si lo haré—bajo del auto y al levantar mi mirada veo ese estacionamiento.

**

—¡Niña oreo!—dijo el chico detrás de mí.

Escuchar eso me hace detener en seco y voltear—Disculpa, ¿Como me dijiste?

Él sonríe—Niña oreo.

Lo miro extrañada—¿Y como sabes que a mí...

Sigo caminado para ignorarlo pero más recuerdos vienen.

Mi niña oreo...

Buenas noches, mi niña oreo...

**

Me congelo por completo, este es el club que Andrew luchó tanto para que se hiciera una realidad, y ya lo es, pero la nostalgia se apodera de mí, y hace que no me pueda mover.

—Rosse, ¿Que esperas? Vamos.

—No, puedo.

—¿Por qué no?

—Es una larga historia, y este club, esa colina que ves allí, forma parte de ella.

Rachelle entra al auto y me hace señas para que yo entre en el, ella me mira espectante para contarle. Suspiro y le cuento con detalle absoluto lo que fue de mi historia con Andrew,  ella se ve conmovida por mi historia y me da un abrazo, y se sentía tan bien, la ultima vez que recibí el mismo abrazo; fue de Emily la ultima vez que nos vimos, y es bueno poder tener a una amiga con quien contar. Emily siempre será mi hermana, pero no está para darme este abrazo que necesitaba.

—Con razón, ya encontré la respuesta a mi pregunta que de donde conocías a Pablo.

Sonrío—Pues... Ya la encontraste.

Escuchamos que le dan la bienvenida a las personas del lugar, ambas nos miramos y vemos la puerta de servicio abierta, así que tomamos el atajo por allí, y nos sentamos en las mesas adelante, el mesero nos sirve un coptel y observo el lugar, noto que algunas cosas como escuché aquella vez cambiaron, ya que añadieron un escenario al lugar. 

—Por favor, denle la bienvenida a .... Ellos son Saíd, Elayne, Ed, Marwin y Deiby...—dice el presentador con enfatizando en la ultima "Y" de Deiby.

Ellos entran, el primero en hacerlo es Elayne. Él es alto, de piel clara, sus ojos son pequeños, su cabello tiene un corte bajo, parece ser de un hombre de treinta y tantos años, y es el que toca la guitarra eléctrica, detrás de Elayne entra Ed, un chico que parecer se de mi misma edad, es alto, su piel es clara, es de ojos achinados, su cabello es negro y su cuerpo es atlético, pero no tanto como el de Saíd, y al igual que Elayne tambien toca la guitarra, detrás de Ed, entra Marwin y Deiby, ellos tienen cierto parecido, creo que son hermanos, ambos tienen su piel morena, y su cabello negro y sus ojos pequeño, y su diferencia es que Marwin es más bajo que Deiby, uno toca el bajo y el otro la batería de ultimo entra Saíd, su cabello Está desordenado, pero lo hace ver tan bien, tiene unos vaqueros negros, rotos en la rodilla, y una camiseta roja que hace que su piel blanca resalte.

«Es tan hermoso

Espera, ¿Qué? 

No, no debo pensar que él es hermoso»

Rachelle hace un silbido de fangirl que me saca de mis pensamientos, ella mira a Saíd de una forma muy bonita, y a pesar de que estamos adelante él no se percata que estamos aquí, y agradezco que sea así. Miro a mi alrededor y hay muchas personas, sobre todo chicas que botan la baba por Saíd y por los otros chicos.

Saíd comienza a cantar y solo lo miro embobada, el reflector lo ilumina y los mechones rubios de su cabello se notan, el cierra sus ojos y solo es él y la musica. De la nada siento la presencia de alguien en medio de Rachelle y de mí, volteo y era la cara de Pablo, lo que me hace sobresaltar.

—¡¿Estás loco?!—grito, ya que la musica estaba alta.

Pablo se ríe—¿Te gusta Saíd?

—¿Que-e?—Bufo—Cla-a- ro que no—tartamudeo.

Rachelle aún sigue viendo a Saíd cantar, pero sigo hablando con Pablo.

—Rosse, se que estabas enamorada de mí hermano, pero ya...—Él suspira—Ya él no está, y tienes que hacer tu vida, soltarlo de una buena vez.

—Lo sé...

Pablo se se sienta con nosotras y pide tres margaritas, y después de un rato que todos los chicos cantaran, ahora es otra vez el turno de Saíd. Él mira el publico y su mirada llega hasta donde estoy, sonríe pero hago como sino fuera conmigo, Saíd comienza  a tocar su guitarra azul para Souvenir. 

—Dicen que cuando, menos lo esperas

Alguien te cambia la vida entera, años buscando

Y ahora llegas, pasa que no te quedas... Yo lo juré

Solo un beso una vez, ¿Y ahora qué voy hacer cuando tu ya no estés?

Pablo me mira y sonríe—Le gustas—Afirma.

Volteo los ojos y me voy a la barra, luego de que termina la musica todos le dan un fuerte aplauso a la banda, y veo bajar a los chicos del escenario y mezclarse entre el público, el Dj pone la musica y las personas comienzan a bailar, mientras yo pido un piña colada ligado con Vodka, no soy de beber pero no se,  ya que no se hacerlo, me embriago muy rapido. 

Miro a las personas bailando y miro a Rachelle bailando con uno de los guitarristas, me asombro un poco y me río, ella me hace señas y le levanto el pulgar en forma de bien, sigo en lo mio y esta vez pido una liga de piña colada de vodka y whisky.

No me pregunten porqué lo hice.

Comienzo a marearme mucho asi que lo dejo y me voy hasta el asiento donde estaba, al llegar miro a Saíd y a Pablo bebiendo un trago de whisky. Saíd me mira de píes a cabeza y se lame los labios al beber un sorbo de su trago. Me siento mareada, no debí beber, miro Saíd que nota lo tambaleante que estoy pero no dice nada.

Me siento con ellos y llega Rachelle para sentarse con nosotros, ella solo se sienta a admirar a Saíd, pero él se siente incomodo y se va.

—Deberías dejar de mirarlo tanto, creo que lo asustas.

Ella me hace mofa y se ríe, pero se va de nuevo a buscar a  todos los chicos de la banda, y con todos me refiero a Saíd. Me quedo sola de nuevo con Pablo.

Él bebe un trago y me mira—¿Por qué lo evitas?

—¿A quien?—pregunrto haciendo que no se nada.

El voltea los ojos—Sabes de quien te hablo.

Suspiro—Tal vez porque te contó que me vio casi desnuda.

—¿De que hablas?—dice con una mirada clara de confusión.

—Él entró a mi habitación, y me vio mis chichis.

Él se ríe—Sabes que ahora lo sé, y es por ti.

Pongo las manos en mi cara para ocultar lo avergonzada—¿Sabes qué? Mejor olvida lo que te dije, ya me tengo que ir.

—¿Ya te vas reina unicornio?—pregunta Saíd detrás mí.

Volteo para mirarlo—Sí, ya me voy.

Rachelle aparece detrás de Saíd con Ed—No, aún no, es muy temprano—suplica.

Suelto una bocanada de aire—Solo un rato más, recuerda que mañana hay clases.

Subimos a la parte VIP del club, ya que ahora el club lo maneja Pablo, de repente nuestra mesa se llena de todos los chicos de la banda, ellos hablan pero menos Saíd, él solo me mira al igual que yo a él, pero trato de evitar que nuestras miradas se encuentren.

—Oye, chica de azúl ¿Como te llamas?—pregunta Elayne.

Bebo un poco de mi piña colada que el mesero había traído—Me llamo Rosse Stone.

—Ella es la chica a la que le leíste el expediente, la del Blake—le dice Ed a Saíd.

Saíd lo fulmina con la mirada y lo noto—¿Como que leíste mi expediente?—digo arqueando una ceja.

Elayne se ríe—Saíd... El nuevo Rachelle.

Rachelle mira mal  a Elayne—¡Hey!—dice en un gruñido y todos se ríen.

Saíd se ríe un poco por lo bajo, mientras bebe de su whisky. 

—Vuelvo pronto—me levanto y me dirijo hacia el baño para retocarme un poco, y para hacer mis necesidades, había bebido mucho liquido en toda la noche, y mi vejiga está que explota.

Después de hacer mis necesidades; lavo mis manos y retoco un poco mi maquillaje, salgo del baño un poco distraida tarareando We are the champions y sin querer choco con alguien.

—Disculpa, no te vi—digo sin mirar a la persona, pero ella me toma de mi muñeca para detenerme, volteo para ver la persona.

—Siempre distraída, ¿No?—dice la voz ronca que conozco a la perfección.

—Disculpa por ser una ciega, Saíd.

—Creo que no lo eres tanto, me estabas acosando en los vestidores.

—Lo mismo digo—digo con una falsa sonrisa—Sí, me lo permites... Me tengo que ir—quito su mano de mi muñeca y me voy.

—Rosse, espera—dice en un tono de voz muy relajada; como siempre.

—¿Qué?—digo sin tratar de seguir haciendo contacto visual con él.

—¿Por qué me evitas la mirada?—pregunta acercándose a mí sigilosamente.

Trago grueso al tenerlo cerca de mí—¿Y tú por qué crees? Alguien que no conozco entró a mi habitación sin mi permiso, y me vio los pechos.

Él sonríe—Bueno... Ya no lo haré más, ¿Me disculpas por haber entrado sin permiso a tu habitación?

—Esta bien.

—Y Rosse...

—¿Sí?

—Estás hermosa—levanta mi mentón con uno de sus dedos y me guiña el ojo.

Me sonrojo por completo, y las mariposas revolotean en mi estómago, me aclaro la garganta y él se ríe.

—¿Ves como te puedo sonrojar rápido?—dice con una sonrisa arrogante en sus labios.

Lo empujo—Eres un tonto.

Escucho su risa, y me voy de allí, miro mi reloj y ya era tarde, no podía llegar tarde a clases, no quiero meterme en problemas y perder mi beca, llego en donde están los chicos y estaban algo ebrios, sobre todo Rachelle.

—¿Quien de ustedes la embriagó?—pregunto de brazos cruzado.

Ellos se ríen y Rachelle me mira algo tambaleante—Ay... Yo ...—Hace un hipo—Io... Io... No estoy ebria—suelta una risilla.

Paso la mano por mi cabello y suspiero—¿Y ahora como m****a me voy de aquí?—Ellos se siguen riendo y me acerco a Rachelle para levantarla—¡Arriba!

Ella se ríe—Io... Io... No me quiero ir... ¡Quiero follarme a Saíd!

La callo y los chicos se siguen riendo—¡¿Me ayudan quieren?!

Ed se levanta al igual que Marwin y Deiby, ellos se llevan a Rachelle hasta nuestro auto, y detrás viene Elayne con nuestras cosas. Le ponen el cinturón de seguridad a Rachelle y los miro.

—No sé, conducir—digo rascando mi cabeza.

—Yo las llevo— dice Saíd acercándose.

Los chicos se miran dándose una mirada complice, subimos al auto y luego de varios minutos llegamos a la casa de mi abuela, Saíd baja del auto a Rachelle para cargarla en peso, ya que se había dormido, abro la puerta y Saíd entra dejando a mi ebria amiga en el sofá y sale sin decir nada.

—Gracias...—Saíd se voltea y juego con mis dedos—Gracias por traernos.

Él sigue sin decir, pero me acerco hacia donde él está y le dejo un beso cerca de sus labios y luego entro a mi casa.

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