Kainn asintió y esa noche fue de disfrute especial. Los abrazos, las carcajadas, los brindis con champaña y la gran mesa de comida fueron el contrapunto ideal para despedirse por un buen tiempo, y por supuesto que no podía faltar la curiosidad de Elisa.
—Sé sincero, estás demasiado apresurado por