Cuando abrí mis ojos al día siguiente, lo primero que encontré fue el rostro de Aspen, él aun dormía y se veía muy tranquilo; yo me acurruqué instintivamente contra su pecho y una sonrisa se formó en mis labios al sentir su agarre más firme en mi cintura.
- Buenos días, bonita - me dijo abriendo los ojos lentamente
- Hola - dije tranquila
- ¿Estás mejor?
- Un poco - dije sonriéndole -gracias por lo de anoche
- No te preocupes, siempre que lo necesites, estaré aquí
- Me es muy difícil descifrarte Aspen, un día dices algo y al siguiente te contradices completamente
- No hay nada mejor que un misterio, bonita
- No cuando el misterio solo me confunde - dije y él colocó su mano más firme en mi cintura
- Pues tu tampoco te quedas atrás - me dijo y se acercó a mi rostro, p