Capitulo 18: "La voluntad de Fausto Salvatierra"
Al día siguiente, sería la lectura del testamento. Todo parecía irreal, como si de verdad no estuviera sucediendo.
Giulia se había encerrado bajo llave desde que Ares la había llevado al estudio tras su crisis, y se negó a salir o a hablar con alguien.
Ares no insistió.
No porque no le importara, sino porque algo dentro de él le decía que Giulia necesitaba espacio.
Sin embargo, ese día no podía dejarla encerrada.
Se plantó frente a la puerta y golpeó con los nudillos.
— Giulia, tenemos que irnos.
Silencio.
Ares apoyó la frente contra la madera y suspiró.
— Es la lectura del testamento — insistió —. Mi padre... dejó instrucciones claras. Es importante que estés presente.
Más silencio.
Ares presionó la mandíbula y estuvo a punto de insistir cuando, finalmente, la cerradura giró.
La puerta se abrió solo un poco y los ojos enrojecidos de Giulia se asomaron por la rendija.
— ¿Van a estar ellos? —preguntó con voz temblorosa.
Ares supo inmedia